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1. Lucha biológica contra el insecto

Hoy en nuestro Conservatorio:

- CABERNET SAUVIGNON,

- MOURVEDRE

- SYRAH

- VERMENTINO (ROLLE)

- TREBBIANO (UGNI BLANC)

La ecología no era la preocupación de nuestros ancianos, casi siempre por ignorancia de lo que pasaría en el siglo siguiente. Las respuestas químicas a la filoxera eran a menudo muy pesadas (sulfuro de carbono, sulfocarbonato de potasio…), pero sobre todo económicamente insoportables por la totalidad del «pequeño pueblo» viticultor.

 

Hoy en día, no nos imaginamos la necesidad de buscar una respuesta química al pulgón, aunque existan productos, en particular a base de cianuro de hidrógeno, que no son susceptibles a la técnica ecológica del injerto. Sin embargo, el balance químico y de carbono del injerto merece ser estimado, ya que podría revertir muchos prejuicios y suscitar indignación.

 

No se trata necesariamente de erradicar la filoxera, sino de limitarla, o de hacer que las viñas de Vitis vinifera puedan coexistir con él.

 

Existen varios caminos de larga data que merecen ser rehabilitados, pero hay que explotar otros nuevos.

 

Las técnicas de captura tal como se practican actualmente, en particular contra los gusanos de la agrupación, que consisten en contabilizar las poblaciones de los depredadores, para poder tratarlos en el momento oportuno, son también pistas a seguir, en la etapa alada del ciclo de reproducción de la filoxera.

 

Asimismo, las técnicas de repelente o el empleo de auxiliares depredadores merecen ser investigados.

Por ejemplo, el uso de hongos patógenos es un eje de trabajo realmente interesante.

 

El Metharizium ha demostrado su eficacia en varios tipos de plagas y pulgones, pero también contra la filoxera en condiciones de laboratorio.

Lo más importante es obtener una aprobación administrativa para poder poner en marcha experimentos sobre el terreno, pero, al contrario, es sin duda al Homo politicus al que habrá que combatir o convencer. 

La acción concertada de la Asociación « Les Vieilles Branches » y de diferentes actores podría hacer evolucionar favorablemente este expediente.

 

 

El Beauvaria bassiana ya se utiliza eficazmente en la lucha biológica contra diversos insectos alados, como los mosquitos, los gorgojos o incluso las termitas. Un estudio realizado por el Instituto de Investigación - Desarrollo de la Protección de las Plantas de Bucarest (Rumanía) - ya ha demostrado una acción eficaz sobre la filoxera galicola. 

 

Este camino merece especial atención, al igual que las sustancias sulfurosas que han demostrado sus cualidades en los suelos volcánicos, en los que las viejas viñas francesas están siempre exentas de filoxera.

 

Por último, cómo no citar a Amelia de Bompar que, en su fascículo: «La viña filoxeada, su curación radical por la fresa», publicado en 1887, mencionaba sus trabajos y censos en numerosos viñedos, en Francia y en Italia, demostrando que la fresapiña era un remedio eficaz contra la filoxera.

 

Por una parte, porque es más apetecible para el funesto pulgón, pero también porque alberga un ácaro (arácnido trombidium) depredador de pulgones y de sus larvas.

 

Esta pista no puede ser descuidada por nuestros contemporáneos, por el simple motivo de que los investigadores acreditados de finales del siglo XIX veían con mala mirada la usurpación de iniciativas privadas sobre sus prerrogativas autoatribuidas. Al menos aprendamos la lección de la historia.

 

Los diferentes insecticidas biológicos actualmente disponibles, en particular los ácidos cianhídricos naturales (tabaco, almendras amargas, núcleos de melocotón, hojas cerezo y de laurel-cereza, mandioca, sorgo etc.… ) incluso si son tóxicos, podrían evaluarse con un objetivo específico.

 

Muchas plantas, hongos y bacterias se utilizan como insecticidas, especialmente en la agricultura. Estos productos de origen natural son interesantes por muchos motivos (no hay residuos, acción a menudo selectiva...), pero deben utilizarse respetando el medio ambiente.

 

La piretrina es un insecticida natural extraído de la flor de un crisantemo, cultivado y cosechado en Kenya. 

 

Es muy eficaz en el tratamiento de cochinillas, áfidos, orugas y muchos otros insectos. Esta sustancia es muy poco tóxica en humanos y otros animales de sangre caliente, lo que permite su uso en hogares. Tiene la gran ventaja de degradarse muy rápidamente una vez que se esparce bajo la acción de la luz.

 

El conocimiento de la piretrina ha permitido la síntesis de sustancias afines, los piretroides, con las mismas características de baja toxicidad humana y baja remanencia, que se utilizan ampliamente como insecticidas (ej.: permetrinas). Sus principios activos también se utilizan en la medicina, por ejemplo en el tratamiento de piojos.

 

Existen muchos otros insecticidas naturales, entre ellos:

 

• La rotenona, extraída de raíces de legumbres. 

• Los purines de ortiga , de consuelo, de helechos... que son bien conocidos por los jardineros orgánicos.

 

Deben estudiarse los métodos de apoyo a las defensas inmunitarias de la planta (biodinámica, micorrizas, bioestimulantes, elicitores, etc.).

 

Por último, hemos plantado principalmente parcelas planas e inundables para poder eliminar temporalmente el insecto por ahogamiento, durante los inevitables fracasos que acompañarán nuestros diversos experimentos.

 

En el siglo XXI, el hombre no puede abandonar científicamente el terreno a un solo insecto, ni a la química todopoderosa, por un desequilibrio que él mismo ha provocado, cuyas consecuencias son inconmensurables.

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